jueves, 26 de febrero de 2009

A LOS QUE SONRIEN

lunes, septiembre 08, 2008

Hoy escribo porque es lo que hay que hacer,
porque así lo dice "Queen",
porque Roberto Carlos lo canta al oído,
por la tristeza de mi amigo,
por mi pena constante por tu lejanía.

hoy tengo que escribir,
es un deber impuesto por mi ultra súper ego,
por sentirme un imbécil luego de leer estas líneas,
por la lealtad a mi mismo,
para decirles que son entupidos todos los dementes,
porque la gente que reniega de su vida muere con una soga al cuello.
porque la fraternidad más pura se la creen los ilusos.

Es mi deber y mi gran virtud,
son los sueños de los transeúntes de la Alameda,
las historias entrecruzadas con todos los que hoy están en sueño
y logran más que los despiertos.

Deber vesus querer,
todo es lo mismo,
no más que un teclado plomizo,
que sueños de primavera,
de invierno horrible,
de lágrimas tristes, muy tristes.
Mis oídos escuchan que hay tiempo tras el tiempo,
que hay historias que no se cantan,
que se miden en centímetros cúbicos.

Todo igual que la trayectoria de una bala,
el azar juega con el viento y la pólvora,
da vueltas el mundo y lo pone de cabeza.
Zancos! eso necesito!,
ver las cosas desde la altura,
el tiempo sirve cuando podemos sonreír,
cuando las libertades se sienten cómodas,
cuando cantamos y bailamos,
cuando podemos sonreír sin fingir.

Tiempo, inspiración de muchos
y condena del resto.
No creo en nadie,
ni en sus manos,
ni en su mirada de gato de shrek,
ni en sus caricias en un bus incómodo.
No puedo creer en quienes rodean mi mundo,
todos mirando su ombligo,
todos mirando su bolsillo y la inmediatez del dinero mal habido.

Traten de correr y logren el test de couper,
sientan el aire puro entre de sus sollozos de miseria espiritual,
es sólo eso,
si quieren podrirse... háganlo,
es opción de cada uno.

El mundo le sonríe a quienes tienen sonrisa perfecta,
a los estresados de nada,
a los que viven para ellos,
a los cantautores famosos que jamás han sufrido por amor,
a los viajantes,
a los dinosaurios de Charly,
a todos los que sienten felices.

Mi trinchera es un circulo de bien intencionados,
a veces ni saben que lo son,
abrazan por costumbre, pero abrazan,
cantan conmigo y yo canto con ellos.
A veces solo, a veces triste y a veces el más acompañado del mundo.
No pido nada, pues ni sé lo que tengo,
¿cómo podríamos pedir una luna si no tenemos noche?
eso es pedir por pedir,
yo pido un simple cigarrillo,
pero tengo boca y algo de pulmones,
experiencia el su encendido,
canciones con su nombre.

La música saltada y la sed que inunda
quizás es de noche cuando se ve mejor el día
la media noche llega cuando los ojos cansados desean volver a trabajar,
un ágape sueña ser fraterno,
sin excesivo aparataje
una cerveza logra un vínculo mucho mejor,
más armónico y más fraterno.

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